GRANDES SÍNDROMES HEPÁTICOS
BIBLIOGRAFIA:
v M. Bariéty, R. Bonniot. Semiología clínica. Barcelona: Toray-Masson; 1965
v AC Guyton, JE Hall. Tratado de fisiología médica. 11ed. Elsevier; 2006
v Smeltzer S, Bare B. Enfermería Médico-Quirúrgica. 10ed. México: Mc Graw-Hill; 2004
Me he centrado en estas referencias bibliográficas ya que las conocía de antes y me resultaron muy útiles a la hora de abordarlas.
El higado es el organo más voluminoso del cuerpo y representa el 2% del peso corporal, es decir, unos 1’5kg del peso de un adulto. Cumple muchas funciones, pero tambien tiene identidad propia. Muchas de sus funciones guardan relación entre sí, como se manifiesta en particular en los trastornos hepáticos, donde se alteran numerosas funciones a la vez. Las funciones que cumple el hígado se pueden resumir de la siguiente manera:
1. Filtración y almacenamiento de la sangre
2. Metabolismo de hidratos de carbono, grasas, proteínas, hormonas y compuestos químicos extraños
3. Formación de la bilis
4. Depósito de vitaminas y de hierro
5. Síntesis de los factores de coagulación
Debido a su gran funcionalidad es muy importante evitar cualquier alteración o patología en torno a este órgano, como las siguientes:
ICTERICIA: significa tinte amarillento de los tejidos corporales, entre otros la piel y tejidos profundos. La causa normal de la ictericia es la gran cantidad de bilirrubina, tanto libre como conjugada, de los líquidos extracelulares. La piel empieza a denotar la ictericia cuando la concentración aumenta tres veces por encima del normal, es decir, por encima de 1’5mg/dl. Las causas más comunes de ictericia son: 1) Destrucción acelerada de los eritrocitos con liberación rápida de bilirrubina hacia la sangre, y 2) obstrucción de la vía biliar o daño de las células hepáticas, de forma que ni siquiera el tubo digestivo excreta las cantidades normales de bilirrubina. Estos dos tipos de ictericia se conocen, respectivamente, como ictericia hemolítica e ictericia obstructiva.
ASCITIS: también llamado derrame peritoneal, se puede diagnosticar fácilmente por el examen clínico (especialmente por palpación y percusión). Son frecuentes tres etiologías: peritonitis tuberculosa, cirrosis hepática, cáncer abdominal. Un enfermo de ascitis va a consultar a causa de trastornos digestivos (anorexia, trastornos del tránsito intestinal), aumento del volumen abdominal, amenorrea (en mujeres). Se puede reconocer una ascitis según la inspección: debido al aumento del volumen del abdomen. Palpación: puede llamar la atención cierta tensión abdominal o una resistencia a la palpación profunda. Y percusión abdominal: en la que se aprecia matidez franca, hídrica, de los flancos y del hipogastrio, con el límite superior cóncavo hacia arriba, contrastando con la sonoridad de la parte suprayacente. Esta matidez cambia de lugar según la postura. Para comprobarla, es necesario que el enfermo esté en decúbito lateral derecho y luego izquierdo.
En los casos de ascitis abundante, el diagnóstico es evidente; en cambio si se trata de una simple ascitis poco abundante, con frecuencia es difícil confirmarla clínicamente.
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